La guitarra: del payador al
tanguero
El
origen de la guitarra fue establecido en oriente, allí nacieron una serie de
instrumentos musicales que evolucionaron en el tiempo modificando su forma y
estructura expandiéndose a distintos países hasta llegar a la guitarra actual.
Como
antecedentes de la actual guitarra estuvo el laúd, la vihuela y la guitarra
originariamente de cuatro cuerdas, la vihuela fue perdiendo vigencia y la
guitarra incorporo mas cuerdas hasta llegar a las seis actuales.
Las
distintas corrientes inmigratorias especialmente de España introdujeron la
guitarra en nuestro país, la que fue adoptada por los criollos, haciendo de
ella el instrumento musical por excelencia.
El
artista de nuestras pampas que comenzaba
a improvisar y cantar versos la
incorpora como el instrumento ideal.
El
testimonio de Alonso Carrio de la Vandera – Concolorcorvo – (este es el seudónimo del
indio Calixto Bustamante secretario de
Carrio de la Vandera ,
al que algunos le atribuyen la obra) en 1771 en la obra “Lazarillo de ciegos caminantes…” describe a los habitantes de las
llanuras rioplatenses “como mozos de mala camisa y peor vestido
que llevan una guitarrita que
aprenden a tocar muy mal para cantar
desentonadamente las coplas que sacan de
su cabeza y que regularmente ruedan sobre amores”.
La payada fue el canto que expresaba el sentir del gaucho
a través de contrapuntos elaborados por
payadores, los que acompañados por su guitarra
expresaban un recitado en rima, deleitando
a los parroquianos en las pulperías de la campaña. La payada, fue
impuesta hacia el interior del país por la magia y la admiración que supo
despertar en el pueblo
La
guitarra en manos del payador es el sustento de su expresión, mensajera de
amor, atenúa la soledad, inseparable compañera y sus sones fluyen el repentísmo de sus versos.
Los
poetas le han dedicado lo mejor de sí
para valorarla y los payadores en sus mismas poesías la definen con la fuerza y
la pasión que los caracteriza:
Ya
Bartolomé Hidalgo comienza sus
cielitos dirigidos al Rey Fernando VII así:
Voy a templar la guitarra
Para explicar mi deseo
………………………….
Martin Fierro, le
da a su guitarra el valor de ser su arma
de cantor:
Con la guitarra en la mano
Ni las moscas se me arriman,
Naides me pone el pie encima,
Y cuando el pecho se entona,
Hago gemir a la prima
Y llorar a la bordona.
Ni las moscas se me arriman,
Naides me pone el pie encima,
Y cuando el pecho se entona,
Hago gemir a la prima
Y llorar a la bordona.
El gaucho de la pampa comienza su decadencia con el avance de los nuevos elementos
mecanizados, la incorporación del alambrado y las tranqueras y nuevos medios de
transporte, el gaucho fue accediendo a este avance y ya cuando había quedado
marginado se resigno y acepto este destino.
La civilización había erradicado al gaucho, en la pampa ya
no tenía razón de existir, sus destinos: paisano como dependiente en los
establecimientos ganaderos o gaucho de a pie se incorpora a la ciudad desde el
arrabal y conforma una nueva clase, y el payador ahora es urbano y comienza a emparentarse con el tango
El gran payador que
fue Gabino Ezeiza describe la guitarra
en estos versos:
Esta guitarra que toco
Tiene tanta armonía
Se liga a la vida mía
Por una secreta unión.
Sin ella yo no podría
Cantar en este momento
Como canto con su acento
Lamentos del corazón
Evaristo Barrios, payador, la
define así:
Guitarra que encierra trinos,
y cantos sentimentales,
alma de los orientales,
alma de los argentinos.
En torrentes cristalinos
desparramaste cadencia,
y fuiste como la esencia
del coraje en los fogones,
pa templar los corazones
que hicieron la independencia
La voz de Carlos Gardel le canta a la
guitarra, en este hermoso estilo campero:
SUENA GUITARRA QUERIDA (ESTILO CAMPERO) Gardel-Razzano
Suena guitarra querida,
que tu acento soberano
repercute por el llano
como un ay...! de mi alma herida...
suena, suena que es mi vida,
flor marchita y sin esencia
busco en la muerte querencia...
Nada en el mundo me halaga
porque siento que se apaga...
porque siento que se apaga...
el candil de mi existencia.
Cuantas veces cariñosa
mi patrona te templó,
y a sus cuerdas arrimo
sus frescos labios de rosa.
Como diciéndote hermosa
de mi gaucho compañera,
te saludo placentera
y una dulce Vidalita...
Dejo a mi alma más blandita,
dejo a mi alma más blandita
que el gorrión de mi escimera.
Suena así que mi alma llena,
de una tristeza profunda
quiere romper la coyunda
que a padecer me condena.
Pero es tan grande la pena
que tengo al abandonarte,
que solamente al dejarte
oh!, cariñosa guitarra,
el alma se me desgarra,
el alma se me desgarra
y el corazón se me parte.
Suena guitarra querida,
que tu acento soberano
repercute por el llano
como un ay...! de mi alma herida...
suena, suena que es mi vida,
flor marchita y sin esencia
busco en la muerte querencia...
Nada en el mundo me halaga
porque siento que se apaga...
porque siento que se apaga...
el candil de mi existencia.
Cuantas veces cariñosa
mi patrona te templó,
y a sus cuerdas arrimo
sus frescos labios de rosa.
Como diciéndote hermosa
de mi gaucho compañera,
te saludo placentera
y una dulce Vidalita...
Dejo a mi alma más blandita,
dejo a mi alma más blandita
que el gorrión de mi escimera.
Suena así que mi alma llena,
de una tristeza profunda
quiere romper la coyunda
que a padecer me condena.
Pero es tan grande la pena
que tengo al abandonarte,
que solamente al dejarte
oh!, cariñosa guitarra,
el alma se me desgarra,
el alma se me desgarra
y el corazón se me parte.
Evaristo
Carriego, el poeta del suburbio, la rescata, en su poema La guitarra:
…………………………………………..
La luz de un viejo idilio, como aureola,
Que ciñe su cordaje, quizás le llega
desde el fondo de un rancho: que aunque española
conoció el amor gaucho de Santos Vega
Que ciñe su cordaje, quizás le llega
desde el fondo de un rancho: que aunque española
conoció el amor gaucho de Santos Vega
………………………………………......
Los payadores están dentro de los antecesores de los cantores nacionales de tango, incorporándose muchos de ellos como cantores de tango.
La
presencia de la guitarra, continua en el tango,
tanto como instrumento en su ejecución,
como participe en orquestas y en
el homenaje que se le hace en sus letras.
La
participación de la guitarra en el tango
está vigente desde los primeros tríos
formados por flauta, violín y guitarra, con activa presencia en los
arrabales de la ciudad.
No
obstante al incorporarse el piano a las
orquestas la guitarra es desplazada, en algunos casos se incorpora el
contrabajo, por lo que los guitarristas optan por este instrumento.
Los
primeros cantores de tangos se acompañaban con guitarra.
La presencia de estos instrumentos acompañando
a Gardel
es todo un símbolo.
Entre
los guitarristas de Gardel se destaco José
María Aguilar, uruguayo nacido en 1891, comenzó como intérprete en 1923,
formo dúo con Enrique Maciel (guitarrista de Blomberg), en 1928 se unió a
Gardel, junto a José Ricardo y Guillermo
Desiderio Barbieri, fue un gran compositor, de su autoría es “Al mundo le falta
un tornillo” con letra de Enrique Cadicamo, Tengo miedo, Lloro como una mujer y
Cuando me entres a fallar (Letras de Celedonio Flores) y Milonguera.
En
el accidente de Medellin en que Gardel pierde la vida , Aguilar sobrevive al
accidente.
José Ricardo intuitivo sin estudios de guitarra, tenía un excelente oído para la
música, comenzó actuando en agrupaciones criollas y al ser conocido por Gardel
y Razzano pasa posteriormente a desempeñarse con ellos.; acompaño a Gardel en el denominado primer tango- canción: Mi noche
triste, entre otros compuso el tango Margot, la milonga Un bailongo, el
estilo Pobre gallo Batarás, todas sus obras grabadas por Gardel.
Es
importantísima la cantidad de guitarristas de tango con un excelente
trayectoria, como compositores y como
interpretes, la música de muchos tangos famosos fue realizada por guitarristas.
Solo nos limitaremos a nombrar algunos sin que esto deje afuera al resto:
Roberto
Grela, Cacho Tirao, Enrique Maciel, Guillermo D. Barbieri, Horacio Pettorosi,
Adolfo Berón, Juan Caldarella, José Canet, Humberto Correa, Juanjo Domínguez,
Domingo Greco etc.
Como
dice Ricardo
García Blaya, especialista en
materia tanguera, refiriéndose
al memorable tango del Uruguayo Humberto Correa: “En mi
juventud, saber la letra de “Mi vieja viola” era tener
patente de experto. Pocos tangos exhiben de modo tan fresco, el lenguaje de
aquellos barrios de antaño, el decir arrabalero”
Mi vieja viola
Tango 1932
Música: Humberto Correa
Letra: Humberto Correa
Vieja
viola, garufera y vibradora
de las
horas de parranda y copetín,
de las
tantas serenatas a la lora
que hoy
es dueña de mi cuore y patrona del bulín,
¡cómo
estás de abandonada y silenciosa,
después
que fuiste mi sueño de cantor!
Quien te
ha oído sonar papa y melodiosa
no dice
que sos la diosa de mi pobre corazón.
Es que
la gola se va
y la
fama es puro cuento
y
andando mal y sin vento
todo,
todo se acabó...
Hoy sólo
queda el recuerdo
de
pasadas alegrías,
pero
estás vos, viola mía,
hasta
que me vaya yo.
Cuántas
noches bajo el brazo de la zurda
por
cubrirte del sereno te llevé
y por
más que me encontrase bien en curda,
conservándome
en la línea, de otros curdas te cuidé.
Si los
años de la vida me componen
y la
suerte me rempuja a encarrilar,
yo te
juro que te cambio los bordones
me
rechiflo del escabio y te vuelvo a hacer sonar.
La música
ciudadana derrama sus poesías ante el
fiel instrumento.
La fuerza y la calidad del letrista Alfredo Le Pera con música de Carlos Gardel en” Guitarra, guitarra mía” versifico lo
siguiente:
……………………………..
Guitarra, guitarra mía
Por los caminos del viento
Vuelan tus armonías
Coraje, amor y lamento
…………………………………
En
1916 al producirse el nacimiento del
tango canción con Mi noche triste (música
Samuel Castriota, letra Pascual Contursi), en una de sus estrofas, como símbolo
de su sufrimiento, el personaje resalta como impacta sobre su guitarra:
La guitarra, en el ropero
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.
Miguel Ángel Viciconte
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