Los tangos
criollos/camperos
En el origen del
tango
En el origen del tango hay que
diferenciar sus distintas vertientes: la música, la danza, el canto y sus
letras.
Desde lo musical se destaca, a
mas de otras influencias, la milonga y en cuanto al canto y sus
letras se destacan, el canto de los payadores y la canción criolla
El suburbio que lo vio nacer
lindaba con la zona rural, este era el límite
entre el campo y la ciudad, esta influencia de su proximidad dotaba a los
tangos de aires de milonga y títulos camperos: La Tablada, El cencerro, El buey
solo, El cuatrero, La trilla, Bataraz,
El baquiano, La huella, El palenque y varios mas, generalmente eran tangos
instrumentales.
El aporte de los
payadores, la milonga
La payada fue el canto que expresaba el sentir del
gaucho a través de contrapuntos
elaborados por payadores, los que acompañados por su guitarra expresaban
un recitado en rima, deleitando a los
parroquianos en las pulperías de la campaña. La payada, fue impuesta hacia el
interior del país por la magia y la admiración que supo despertar en el pueblo.
Nacida en octosílabos, herencia del
romance tradicional español, se aplicó
comúnmente en forma de cuartetas, en lo que se dio en llamar el romance
criollo.
Al volcarse los payadores al tango, es entendible que en las primeras composiciones tangueras se
utilizara la misma estructura, los primeros representantes también cultivaban
el canto criollo que habían heredado de los viejos payadores.
La estructura musical que
sostiene el canto de los payadores ha pasado fundamentalmente desde el cielito
y la cifra a la milonga . La cifra ha sido durante el siglo XIX y aun a
principios del XX el caballito de batalla de los troveros criollos para cantar improvisando. La milonga
predomina durante el siglo XX, aunque ya
en 1884 Gabino Ezeiza frente al payador Nemesio Trejo introdujo la milonga
Muchos payadores ya habían comenzado a incursionar en la música
ciudadana, en algunos casos tocando la guitarra, en otros cantando y como
autores de las letras.
Esta comunión entre el payador y el tango ha dejado una importante
cantidad de temas que incorporan con mucho sentimiento y respeto a los payadores.
A los payadores
Vals criollo
Letra de Mario César Gomila
Música de Gabriel Clausi ("Chula")
Letra de Mario César Gomila
Música de Gabriel Clausi ("Chula")
Interpretada por Nelly Omar, acompañada por el conjunto de guitarras
de Bartolomé Palermo (1997).
Evoco a los payadores
y al evocarlos, se eleva
en la voz de Santos Vega
la imagen de los mejores.
Betinotti, Ezeiza, Ríos…
el oriental Juan de Navas…
que en memorables payadas
eran rivales y amigos.
Versos, guitarras y flores
tiempo de los payadores
que en nuestro suelo
su ingenio sembró
y el canto criollo mejor floreció.
(el canto criollo que el viento
repite su acento de amor y valor).
Es la voz del payador
que va tejiendo en la canción
del ayer el florecer
de una romántica ilusión.
Ella, la reja y la guitarra
ebria de amores su palabra
canta su endecha más sentida
y en la reja encantada
por la bienamada
deja el corazón.
Vuelve el viento pampero
la dulce voz del trovero
la voz que siempre
se habrá de escuchar
en nuestra tierra de gloria sin par
(en nuestra tierra querida
la voz encendida
de la libertad).
Esta llegada de los payadores a la
ciudad los fue moldeando constituyéndolos en los denominados payadores urbanos
: Gabino Ezeiza, Higinio Cazón, José Betinotti
Los gauchos desplazados también
hicieron su aporte, sus temáticas, sus costumbres, sus decires fueron
incorporándose a las letras del tango dándole ese estilo campero.
Los primeros tangos eran tangos
criollos, a veces no se les nombraba como tales, por ser mal visto el tango,
tal el caso de El choclo, cuyo
compositor Ángel Villoldo lo crea en 1903 y solicita a su amigo, el pianista
José Roncallo, que dirigía un sexteto en el restaurante ‘El Americano’, situado
en la calle Cangallo y la cortada Carabelas, para que lo toque en ese lugar,
pero allí estaba prohibido tocar tango
por su carácter prostibulario, no obstante se lo presento como “danza criolla”,
con un tremendo éxito
A partir de esta creación de
Villoldo comienza a conocerse el denominado tango criollo.
El tango se hace ciudadano, pero
una corriente continua ligada al campo, su gente y sus costumbres.
Esos tangos camperos/criollos
también compartieron con la milonga campera y los valses criollos y definieron
un grupo de músicas y canciones tangueras, pero con sabor y olor a campo
La época denominada de la guardia
vieja en el tango, destaca una fuerte presencia campera
En las primeras décadas del siglo
XX existían diversos estilos musicales que compartían el gusto del público,
recién a partir de Carlos Gardel cantando Mi noche triste, el tango se
consolida como tal, no obstante lo primeros cantantes compartían sus
repertorios con otros estilos musicales: Zambas, Estilos, Cifras.
Con el tiempo el tango va
ocupando una participación cada vez mas importante en el repertorio y ya los
cantantes se dedican casi exclusivamente a la música ciudadana
Gardel, Magaldi y Corsini
compartieron una época muy trascendente en la evolución del tango, no obstante
en sus inicios interpretaban canciones camperas en su mayor parte.
El moro – canción 1917 -
Letra de Juan María Gutiérrez
(La endecha del gaucho)
Música de Carlos Gardel/José
Razzano
A mi nada me faltaba
cuando a mi moro
tenía.
A mi nada me faltaba
cuando mi moro tenía.
libre era cuanto
quería,
ni guapetón me
alcanzaba
ni alcalde me
perseguía,
cuando a mi moro
tenía.
Mi caballo era una
flecha
cuando la espuela le
hincaba;
Mi caballo era una
flecha,
cuando la espuela le
hincaba.
Tanto caballos
cansaba
cuando en mi mano
derecha
la bola certera
alzaba;
mi caballo era una
flecha.
Indio, volvéme mi
moro,
que me has llevado la
vida...
Indio, volvéme mi
moro,
que me has llevado la
vida;
mi bien mi único
tesoro,
yo te daré mi querida
mucho mejor que el
oro,
indio, volvéme mi
moro.
Y a mi nada me
faltaba
cuando mi moro tenía.
Y a mi nada me
faltaba
cuando mi moro tenía.
Libre era cuanto
quería,
ni guapetón me
alcanzaba
ni alcalde me
perseguía,
cuando mi moro tenía.
Los sentimientos de amor, de
desengaños, de abandonos también tuvieron cabida en las canciones camperas,
ligadas al tango, la milonga y el vals, los cantantes de tango formaron parte
de su repertorio con estas letras:
Temblando
1945
Música: Alberto Acuña
Letra: Charrúa (Gualberto Márquez)
Excelente interpretación de Luis Cardei
Linda estaba la tarde en que la vide,
el patio de su rancho acomodando
y aunque guapo pa'todo me sentía,
no pude hablarle y me quedé temblando.
Estaba como nunca la había visto,
vestido livianito de zaraza,
con el pelo volcao sobre los hombros
era una virgen que encontré en la casa.
Ni ella ni yo, ninguno dijo nada,
con sus ojazos me siguió quemando,
dejó la escoba que tenía en la mano,
me quiso hablar y se quedó temblando.
Era el recuerdo del amor primero,
amor nacido en una edad temprana,
como esas flores rústicas del campo
que nacen de la noche a la mañana.
Amor que está oculto en los adobes
de su rancho paterno tan sencillo
y en la corteza del ombú del patio
escrito con la punta del cuchillo.
Me di vuelta pisando despacito,
como quien desconfía de una trampa,
envolviendo recuerdos y emociones
entre las listas de mi poncho pampa.
No sé que me pasó, monté a caballo
y me fui galopiando a ríenda suelta,
con todos los recuerdos y emociones
que en las listas del poncho saqué envueltas.
Linda estaba la tarde en que la vide,
el patio de su rancho acomodando.
La tarde en que guapo me sentía
no pude hablarle y me quedé temblando.
Tapera
Tango 1947
Música: Hugo Gutiérrez
Letra: Homero Manzi
Al fin, un rancho más que se deja,
total, porque no ha vuelto la prenda,
allí, donde .se muere una senda,
allí, donde los pastos se quejan
y el viento se aleja silbando un dolor.
Total, otra cocina sin brasas
y un gaucho que pasa
sin rumbo ni amor...
Roldanita de mi pozo
que cantaba su alborozo,
ya no habrás de cantar nunca más.
Sombra fresca del alero
donde estaban los jilgueros,
los jilgueros que hoy no están.
Brillazón de mis trigales
que mancharon los cardales
cuando un día comencé a penar,
cuando entraron los abrojos
a morder en mis rastrojos
y me eché a rodar.
Se fue, dirá la gente del pago;
se fue, tal vez detrás de otro sueño...
Al fin, otro ranchito sin dueño;
al fin, otra tapera tirada
sin tropa ni aguada,
sin gente ni Dios.
Total, otro fogón desdichado,
que un alma ha dejado
sin fuego ni amor.
De los instrumentos musicales que
interpretaron el tango, el bandoneón fue el que le dio la presencia nostalgiosa
al tango, pero la guitarra, iniciadora en los primeros conjuntos junto con la
flauta y el violín, fue el instrumento que, como herencia de los viejos
payadores, traía en sus cuerdas el sentir de lo campero
El cantor nacional, típico exponente del tango criollo/campero
Fue denominado como tal al cantor
solista de fines del siglo XIX y principios de XX, por la naturaleza de su repertorio: música surera de la Pcia. De
Buenos Aires, milongas, zambas, cifras, estilos y a partir de los primeros años
del siglo XX incorpora el tango criollo y posteriormente a partir de 1917, el
tango canción.
Su representante más genuino fue
Carlos Gardel, y además se los consideran a Agustín Magaldi, Ignacio Corsini, Agustín
Iruzta, Edmundo Rivero y nuestra maravillosa Nelly Omar.
Generalmente este cantor nacional
era acompañado solamente por guitarras, conviviendo en forma paralela con las
denominadas orquestas típicas.
El tango que se ha destacado por
expresar los sentimientos del hombre de la ciudad, también lo ha hecho con los
sentimientos del hombre del campo, la mas de la veces expuestos en ese
desarraigo al verse desplazado y entrar
en ese mundo de las orillas
El abandono del hogar campesino ha dejado la nostalgia de lo vivido y el recuerdo con tristeza ha quedado
plasmado en la letra de este vals:
Tristeza criolla - vals
Letra de Ignacio Corsini
Música de J.de Charone
Ya en el rancho no nacen las flores
ni se ve la guitarra
colgada
ya no escucha la
verde enramada
el idilio campero de
ayer
Ya no se oyen rodar
las espuelas
zapateando un malambo
en la siega
ni se escuchan los tristes
de Vega
recordando el perdido
querer.
II
La morocha,.. de ojos
negros
ya en tardes de
primavera
recostada,... en la
tranquera
no espera más el
zorzal.
Y el paisano no
atraviesa
la misteriosa laguna
ni se oye,... en
noches de luna
el pericón nacional.
I Bis
Ya todo eso llevaron
los años
ya no cruza veloz el
pampero
y en las cañas sostén
del alero
no se para el
jilguero a cantar
esa pampa callada es
la tumba
de recuerdos que mi
alma no olvida
la tapera su loza
impulida
y su cruz el ombú
secular.
Homero Manzi nos
ha dejado este hermoso tango donde está presente en el arrabal el sentir campero, habiendo
logrado la felicidad plena:
Nobleza de arrabal
Tango
1946
Música: Francisco Canaro
Letra: Homero Manzi
En un ranchito de Alsina
tengo el hogar de mi vida,
con cerco de cina-cina
y corredor de glicinas.
Hay un aljibe pintado,
bajo un parral de uva rosa,
y una camelia mimosa
temblando sobre el brocal.
Y allí también estás frisón
y eres mi lujo de cuarteador.
Rocín feliz, de crin azul,
famoso por todo el sur.
Cuando el domingo asolea
por no hacer de perezoso,
traigo el balde desde el pozo
y refresco el corredor.
Y aprovechando el fresquito
me siento bajo la parra
y al compás de mi guitarra
canto décimas de amor.
En mi ranchito de Alsina
paso tranquilo las horas,
junto al amor de la china,
que me respeta y me adora.
Y, entre su amor y las cosas
que adornan toda mi suerte,
temo, nomás, que la muerte
me saque de ese rincón.
El abandono del lugar nunca ha sido cosa fácil, las vicisitudes
de la vida obliga a tomar otros caminos, con dolor, mas allá de la esperanza de
un mañana mejor; este tango expresa con fuerza ese sentimiento por el terruño y
la promesa de volver a descansar el sueño eterno:
Adiós pampa mía
Tango 1945
Música: Francisco Canaro /
Mariano Mores
Letra: Ivo Pelay
¡Adiós pampa mía!...
Me voy... Me voy a tierras extrañas
adiós, caminos que he recorrido,
ríos, montes y cañadas,
tapera donde he nacido.
Si no volvemos a vernos,
tierra querida,
quiero que sepas
que al irme dejo la vida.
¡Adiós!...
Al dejarte, pampa mía,
ojos y alma se me llenan
con el verde de tus pastos
y el temblor de las estrellas...
Con el canto de tus vientos
y el sollozar de vihuelas
que me alegraron a veces,
y otras me hicieron llorar.
¡Adiós pampa mía!...
Me voy camino de la esperanza.
Adiós, llanuras que he galopado,
sendas, lomas y quebradas,
lugares donde he soñado.
Yo he de volver a tu suelo,
cuando presienta
que mi alma escapa
como paloma hasta el cielo...
¡Adiós!...
¡Me voy, pampa mía!...
¡Adiós!...
Miguel Angel
Viciconte
Bibliografia
consultada:
Bien porteño, bien
campero: Nestor Saavedra
El cantor nacional:
Ricardo Garcia Blaya
La influencia rural en
el tango: www.lagazeta.com.ar
Los payadores salen
del olvido: Julio Nudler
www.todotango.com.ar
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